





Rostro heredado, es una pieza escultórica que pone de manifiesto los rasgos faciales heredados de mí abuelo, en donde se trabaja con el concepto de vínculo y parentesco. Tras la realización de una serie de ejercicios de auto-exploración con el rostro, desde diversos ángulos, el artista analiza sus características faciales, es mediante estos ejercicios previos en el que el artista decide retomar fotografías de pequeño formato del cuerpo ausente para localizar rasgos semejantes que habitan en el propio retrato del artista. La coincidencia en una serie de rasgos faciales confluyen hasta componer tres rostros semejantes pero a la vez diferenciados intercalando e intentando recrear de una manera objetiva un nuevo rostro formado a partir de fragmentos de ambos referentes.
Se trabaja a partir de unos bocetos previos en el que se experimenta con la composición, la disposición y con la repetición y superposición de los rostros.
Las medias de nylon de diferentes tonos crean unas veladuras que funcionan a modo de simulación de las diferentes capas de la epidermis. El empleo de la media como elemento principal que funciona a modo de segunda piel, permite la creación de diferentes planos y volúmenes, desde la nariz, pómulos, labios y mentón. La superposición de medias y el cosido a mano de estas es una acción repetitiva y muy mental que finalmente logra crear un vínculo con la pieza tratando de aportar vida a la pieza o de buscarla, al ir añadiendo cada vez más capas y destinando tanto tiempo al rostro y a la modulación de los rasgos, de los gestos se trata de buscar una réplica en los rostros.