Rotos:Dolor

Rotos: Dolor es una instalación compuesta por dos retratos de pequeño formato, A5 en papel con media de nylon. Unos dibujos realizados con línea continua y valorativa, y una superposición de media sobre el dibujo a modo de encarnación. Se pretende de una manera similar que en Santiago 89-24, Andrea 85-20 y Toni 23-13, fragmentar el cuerpo centrándonos en el rostro, sin embargo en este caso concreto no se pretende contemplar el paso del tiempo sobre el rostro, se busca captar experiencias del propio dolor a través de la utilización del recurso video.

 

Grabamos una serie de videos en el que mis abuelos explicaban sus dolencias, su día a día, su espacio intimo y las curas a las que se ven sometidos, en el que se el dolor se impone al propio lenguaje rompiéndolo y volviendo como hemos mencionado anterior mente en el capitulo relacionado con el dolor al sentimiento más primario del humano, el grito y el llanto.

 

 

Se realizaron varias pruebas de proyección de los videos caseros sobre la pantalla papel empleando un cañón de gran tamaño con lo cual la imagen atravesaba y contaminaba el espacio expositivo. Es por eso que el papel no se descartó como soporte ya que se pensó en emplear unos proyectores de menor tamaño y con una potencia menor, reteniendo el video y conseguir una especie de superposición del video sobre el retrato sin que este se pierda, imponemos el dolor sobre el retrato, mostramos la “belleza grotesca” al espectador. Se ajustó el tamaño de las imágenes en movimiento con el efecto de recortar de adobe premiere, recortando más o menos a un tamaño adecuado que permitiera su manipulación el día del montaje con los proyectores, ajustando la distancia y el enfoque.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Las dos pantallas de pequeño formato se posicionaron a modo de contra plano, suspendidas en el espacio por dos puntos de anclaje, generando un dialogo entre las piezas. Ambas pantallas fueron situadas a una altura estándar, situando estas a la misma altura que la mirada del espectador otorgando a la instalación un carácter más cercano, empático y aludiendo directamente a un espacio íntimo/ hogar. El espectador se introduce en este espacio generado por dicho dialogo entre las piezas, sin embargo los espectadores no son intrusos, los situamos en medio de un retrato doloroso, de una verdad, de la belleza oculta dentro de las heridas y deformaciones, de los crudo y de lo grotesco. Mostramos un retrato real del sufrimiento al que han sido sometidos de manera perpetua mis abuelos.

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