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La  madre blanda -Abel Azcona

Los bocetos de madres imaginarias II forman parte de una colaboración junto al artista Abel Azcona en el que se realiza una nueva búsqueda de la figura materna, esta vez desde lo pictórico a lo escultórico confluyendo en lo perfromativo. Desde una mirada íntima ambos artistas idean y crean conjuntamente una madre ficticia.

“Socialmente, las madres son los primeros individuos con los que se establece contacto tras el parto. Así es como se supone que se crea un vínculo (idealizado en la mayoría de los casos) entre madre e hijo, un acto lleno de dolor y sangre en el que la mujer se transforma en un ser protector encargado del cuidado de este recién llegado, pero qué ocurre cuando una madre decide no ser madre y abandonar al hijo.

Madres imaginarias generan y construyen a través de las propias convicciones sociales junto al imaginario colectivo la figura de una madre. Una madre blanda, fragmentada y construida para restablecer el vínculo sesgado.

Los materiales utilizados favorecen esta interacción y búsqueda de afectividad, una madre a la que abrazar y sentir, una madre supuestamente cálida e incapaz de interactuar con el sujeto, incapaz de moverse sin la ayuda del hijo que intenta restablecer el vínculo y volver a ella. Es a través de la acción y el esfuerzo físico del hijo que la madre imaginaria se convierte en madre.

La madre construida tiene rasgos físicos que aluden a lo maternal a través de sus pechos, su vientre hinchado y sus caderas. Sin embargo, la ausencia de rostro de la madre refleja el abandono y la inexistencia del ser. Al carecer de rasgo distintivos(indicadores de identidad individual), a excepción de las orejas que podrían escuchar el llanto del hijo, los demás sentidos(omitidos)hacen hincapié en la ”desmaternalización” o el propio abandono consciente y voluntario del hijo.

El peso es clave en la interpretación del hijo. Como artista, los materiales de relleno que utilizo junto a la escala empleada, transmiten los sentimientos de Azcona en relación al rechazo, el vació, el trauma de sentirse abandonado por la madre, la agonía, la falta de pertenencia, la no identidad y búsqueda de la misma.

Durante el proceso creativo, genero una madre con la que no me identifico a partir de mis propias experiencias vitales.

Entro en conflicto con mi concepto de madre. Sentimiento e idea de madre a través de una figura sólida, robusta, blanda, cálida, con rostro e identidad propia que mira, huele, escucha, sostiene, toca, besa y abraza.”

— Antonio Portillo Carbonell

Los bocetos de madres imaginarias II forman parte de una colaboración junto al artista Abel Azcona en el que se realiza una nueva búsqueda de la figura materna, esta vez desde lo pictórico a lo escultórico confluyendo en lo perfromativo. Desde una mirada íntima ambos artistas idean y crean conjuntamente una madre ficticia.

Dentro de la obra "Las madres imaginarias", activada y revelada por primera vez en Ecuador gracias a la intervención de Abel Azcona, surge una nueva exploración que transita desde lo pictórico hacia lo escultórico, convergiendo finalmente en lo performativo. En esta colaboración creativa con el artista Antonio Portillo Carbonell, Azcona se embarca en la tarea de buscar, detonar y materializar una madre ficticia como una suerte de sustituto y acompañamiento a la ausente figura materna en su propia vida.

Desde una perspectiva íntima, tanto Portillo como Azcona participan activamente en la construcción e ideación de esta madre imaginaria que, de manera metafórica y literal, abraza, acuna y se muestra receptiva para ser explorada. Esta figura materna ficticia adquiere características que la definen como un refugio en los días grises, un lugar de consuelo y afecto. Se describe como blanda, suave y reconfortante, con la promesa de no abandonar nunca a Azcona. Más que una simple creación artística, esta madre imaginaria se convierte en compañera, amiga y confidente, brindando el amor diario que, de manera tangible o no, falta en la realidad del artista.

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